viernes, 25 de abril de 2025

De Descargando mi mente a Ábrete Corazón

 

La maternidad me acerco a la escritura y fue un proceso que pasó sin darme cuenta. En medio del desasosiego por haber dejado mi vida profesional a un lado y mi intenso perfeccionismo por querer ser la mejor mamá, encontré en las palabras una forma de hacerme auto-terapia y liberar emociones mías y emociones de otros que observaba en esta nueva faceta sensible que se había despertado en mí.


De alguna forma escribir se volvió una forma de soltar tanta información que acumulé en mi mente y por eso lo llamé “descargando mi mente”. De alguna forma me sentía sofocada, aun teniendo tiempo para mí, pero no lograba percibirlo. Era como si el ruido interno no me permitiera descansar del todo…hasta que empecé a vaciar en un cuaderno. Los más lindo es que brotaron sentimientos hermosos, de conexión profunda, de claridad, de gratitud y no siempre surgían emociones negativas.  La escritura -sin haberla practicado antes- me asombraba como una vía silenciosa pero poderosa era una herramienta para entenderme y me resultaba profundamente liberador.

Hoy, más de una década después, lo tengo muy claro: estaba comenzando un proceso de sanación sin siquiera saberlo. La escritura fue una de las puertas que se abrieron para acompañarme en este proceso. Fueron muchos retiros, cursos y búsquedas constantes, en un intento de llenar un vacío que, en ese momento, ni siquiera podía percibir que existía. Desde afuera parecía tenerlo todo: un esposo maravilloso, un hogar estable, techo, comida, salud, padres amorosos y un par de niñas sanas, completas y espectaculares. ¿Qué más podía faltarme? Según mi lógica, nada. Y justamente eso era lo que más me confundía.