miércoles, 19 de junio de 2013

Mi Desconsuelo en los Días de Lluvia

Toda mi vida he sentido que tengo cierto rechazo a los días que llueve. Trato de inventar mil excusas para no hacer lo que tenía planeado para ese día, tal vez por evitar mojarme, porque no me gusta, por evitar un trancón, o por evitar ver como se descompone caóticamente esta ciudad, que se yo, simplemente hay algo en mi que no me deja vivir al 100% mientras hay lluvia.

También percibo que esos días me vuelvo un poco melancólica. Tengo una sensación de sentimiento revueltos que se mezclan haciendo un nudo en el estomago que no es fácil de descomponer. Me siento felizmente agradecida con la vida o con quien me haya puesto en la familia que nací, ya que gracias a esta suerte con la que he contado nunca me ha faltado techo y comida. ¿Porque? ¿Por qué puedo darme el lujo de ver desde mi ventana ver caer el agua en la calle? ¿Por qué he podido disfrutar de tan agradables siestas mientras llueve? ¿Por qué he podido leer un libro o ver una película bajo mis calientes cobijas mientras llueve?¿Por qué yo?¿Por qué hay otros que no?¿Por qué hay otros que no nacieron en una casa así?


No se, ni creo que nadie tenga la respuesta exacta, pero es ahí donde digo que la vida no es justa. No es justo tanta diferencia. Pero es menos justo aun, que yo, teniéndolo todo, no he hecho suficiente por ayudar a otros. Eventualmente con mi familia y con diferentes amigos hemos ayudado en algunas comunidades o eventos, pero tengo el amargo sabor de no entregar más, se que puedo más.

Estoy completamente segura que ahora que soy madre es que soy más consciente de esto. Imaginar a mi hija con hambre y con frio es algo escalofriante, no sé si tendría la fortaleza para soportarlo. Seguramente lucharía igual que luchan día a día una tercera parte de nuestro país. Según el Dane[i] el año 2.012 cerro con un 32.7% de población nacional que vive en situación de pobreza y un 10.4% en pobreza extrema. Esto significa que mas de 20 millones de personas no viven dignamente en Colombia. Y ni hablar de África y el mundo entero.

Entiéndase por pobreza la carencia que tienen ciertas personas para satisfacer sus necesidades básicas de vivienda, alimentación, educación y agua potable, entre otras. Según un artículo de Portafolio[ii], para salir de la pobreza una familia de cuatro debe sobrepasar los $778.784 pesos y para que un individuo sea pobre sus ingresos máximos deben ser $194.696 pesos…¿Qué dicen esos números? ¿Qué piensas cuando lees esto? Probablemente estas sin palabras y con la boca abierta, o por lo menos asi quede yo…sin palabras.

No quiero entrar en discusión de que entra dentro de estos números, ni si el rango esta bien medido o si logro bajar unos puntos el índice de pobreza, aunque me alegra de corazón. Solo quiero resaltar que somos una minoría los que no estamos ahí, y que tenemos una gran responsabilidad de ayudar y de entregar un poco a los que no tienen. Aclaro que entregar no es regalar, entregar en conocimiento, en experiencia y mil otras formas de ayudar a la gente que injustamente nació en un hogar sin nada.

En mi caso particular  todavía no se hacia donde enfocarme, por ahora solo se que ese malestar de los días de lluvia tienen una razón….es porque siento el hambre, siento el frio, siento la tristeza de otros. Tengo que apresurarme para que esto no se quede solo en palabras, tengo que devolver tanta abundancia de amor, de comida y de calor que ha habido en mi vida.

Gracias Días de Lluvia por existir!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario