Toda mi vida he sentido
que tengo cierto rechazo a los días que llueve. Trato de inventar mil excusas
para no hacer lo que tenía planeado para ese día, tal vez por evitar mojarme,
porque no me gusta, por evitar un trancón, o por evitar ver como se descompone caóticamente
esta ciudad, que se yo, simplemente hay algo en mi que no me deja vivir al 100%
mientras hay lluvia.
También percibo que esos días
me vuelvo un poco melancólica. Tengo una sensación de sentimiento revueltos que
se mezclan haciendo un nudo en el estomago que no es fácil de descomponer. Me
siento felizmente agradecida con la vida o con quien me haya puesto en la
familia que nací, ya que gracias a esta suerte con la que he contado nunca me
ha faltado techo y comida. ¿Porque? ¿Por qué puedo
darme el lujo de ver desde mi ventana ver caer el agua en la calle? ¿Por qué he
podido disfrutar de tan agradables siestas mientras llueve? ¿Por qué he podido
leer un libro o ver una película bajo mis calientes cobijas mientras llueve?¿Por
qué yo?¿Por qué hay otros que no?¿Por qué hay otros que no nacieron en una casa
así?
No se, ni creo que nadie
tenga la respuesta exacta, pero es ahí donde digo que la vida no es justa. No
es justo tanta diferencia. Pero es menos justo aun, que yo, teniéndolo todo, no
he hecho suficiente por ayudar a otros. Eventualmente con mi familia y con
diferentes amigos hemos ayudado en algunas comunidades o eventos, pero tengo el
amargo sabor de no entregar más, se que puedo más.
Estoy completamente segura
que ahora que soy madre es que soy más consciente de esto. Imaginar a mi hija
con hambre y con frio es algo escalofriante, no sé si tendría la fortaleza para
soportarlo. Seguramente lucharía igual que luchan día a día una tercera parte
de nuestro país. Según el Dane[i]
el año 2.012 cerro con un 32.7% de población nacional que vive en situación de
pobreza y un 10.4% en pobreza extrema. Esto significa que mas de 20 millones de
personas no viven dignamente en Colombia. Y ni hablar de África y el mundo
entero.
Entiéndase por pobreza la
carencia que tienen ciertas personas para satisfacer sus necesidades básicas de
vivienda, alimentación, educación y agua potable, entre otras. Según un artículo
de Portafolio[ii],
para salir de la pobreza una familia de cuatro debe sobrepasar los $778.784
pesos y para que un individuo sea pobre sus ingresos máximos deben ser $194.696
pesos…¿Qué dicen esos números? ¿Qué piensas cuando lees esto? Probablemente
estas sin palabras y con la boca abierta, o por lo menos asi quede yo…sin
palabras.
No quiero entrar en discusión
de que entra dentro de estos números, ni si el rango esta bien medido o si
logro bajar unos puntos el índice de pobreza, aunque me alegra de corazón. Solo
quiero resaltar que somos una minoría los que no estamos ahí, y que tenemos una
gran responsabilidad de ayudar y de entregar un poco a los que no
tienen. Aclaro que entregar no es regalar, entregar en conocimiento, en
experiencia y mil otras formas de ayudar a la gente que injustamente nació en
un hogar sin nada.
En mi caso particular todavía no se hacia donde enfocarme, por
ahora solo se que ese malestar de los días de lluvia tienen una razón….es
porque siento el hambre, siento el frio, siento la tristeza de otros. Tengo que
apresurarme para que esto no se quede solo en palabras, tengo que devolver
tanta abundancia de amor, de comida y de calor que ha habido en mi vida.
Gracias Días de
Lluvia por existir!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario