
En su momento lo leí, me
gustó e identifiqué mi gusto hacia cierta gente que no necesariamente tiene un
coeficiente intelectual muy alto, o miles de títulos, revelando que realmente
para mí lo que importa es la persona y su forma de relacionarse con su entorno.
Me pongo a mirar en el
mundo en que vivimos y estamos rodeados de gente altamente calificada pero con
un dominio de emociones paupérrimo. Lo vemos en políticos, en líderes, en
gerentes de compañías…etc, que muchas veces se dejan llevar ciegamente por sus
emociones y sentimientos.
Seguramente también he
sido parte de este grupo de gente en momentos que no he estado tan centrada en
mi vida, pero afortunadamente no es una constante y la maternidad y los años me
han asentado y me han permitido observar mis reacciones y también las de otros
para tener una perspectiva de mi misma y del ser humano en sí.
Tampoco se trata de querer
ser perfecta y tener un control absoluto de las emociones, pero gracias a que
me gusta observar puedo ver como la
gente con mayor inteligencia emocional suele tener mejor relación con
los demás y por ende mayor felicidad
personal, ya que como he escrito en otro
post el ser humano necesita y
depende de las relaciones con los demás.
Las personas con alto
nivel de inteligencia emocional
también tienen emociones negativas, pero tienen un mejor manejo de estas cuando
aparecen. Estas personas no se enganchan en los obstáculos, se enfocan en los
objetivos y en las metas. Dirigen sus conductas a lograr el objetivo deseado.
Traigo un ejemplo, a pesar
que no me gusta hablar de política ni de religión, pero saliéndome de mis
esquemas, que mejor ejemplo para compartir que nuestro nuevo presidente de
Colombia, Sr Iván Duque Márquez, quien aparte de tener una excelente
preparación académica y tener suficiente capacidad laboral para ser presidente,
lo que me cautivó de este hombre en campaña fue su capacidad para no tomarse
las diferencias a manera personal, no carga con las maletas del otro, todo lo
contrario, encontré en el Sr. Duque un personaje empático, como si lograra
ponerse en los zapatos del otro. Enfocado en su meta, en su objetivo de tener
una Colombia unida.
Necesitamos líderes,
gerentes, amigos y personas que trabajen en su inteligencia emocional, que podamos tener un poco de conocimiento
de nosotros mismos, de nuestros sentimientos, de nuestras emociones para lograr
un auto control emocional y de esta manera recorrer un buen camino para cumplir
nuestros objetivos y metas.
Que rico ser inteligente y capaz, pero es más
valioso aún cuando se logra combinar con la humildad y con las ganas
(los objetivos). De nada sirve tener una de estas tres destrezas sola. Una
persona inteligente sin humildad o sin objetivos tarde o temprano no sirve. Una
persona llena de objetivos y poco humildad e inteligencia probablemente acabe
sola o con muy malas relaciones. Y peor aún una persona humilde sin
inteligencia y sin objetivos no llega a ningún lado.
Así que a pesar de no
acordarme ni del título del artículo que leí, ni del contacto que lo compartió,
me encanto el tema pues comparto que la inteligencia
emocional es una habilidad que considero que todo profesional debe aprender
a desarrollar.
¡Hay que
trabajarle, para mañana es tarde!
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