lunes, 10 de febrero de 2014

El Lado Oscuro del Embarazo

Estoy en el octavo mes de embarazo, que en lenguaje de ginecólogos equivale a 35 semanas de un total de 40, que es como ellos llevan la cuenta y quiero plasmar y dejar por escrito mis molestias, porque sé que más adelante o en unos años se me va olvidar.

Aparentemente las mujeres generamos una hormona que hace que uno olvide todo el dolor y malestares que conlleva la maternidad. En el momento del parto, el cuerpo libera una hormona llamada oxitocina, la cual afecta la memoria llevándola como a una amnesia y hace que la mujer olvide esos momentos difíciles.


En este punto no sé si sea bueno o malo. Si es cierto que el cuerpo genera esta hormona o algo pasa en nuestra memoria, considero que es necesario si uno quiere tener otro hijo, pero peligroso andar olvidando tanta mierda que uno come y llenarse de muchachitos.

Por eso quiero escribir y dejar constancia de esto porque no sé si después de esta segunda hija vaya querer un tercero. Debo dejar algún recuerdo en caso que no quiera mas.

En este embarazo y en este punto me siento realmente mal de mi espalda. Tengo un fastidio intenso en mi zona lumbar que me impide agacharme, pararme y hasta acomodarme acostada se vuelve un impedimento. No es el fin del mundo pero el día a día acumula momentos de frustración al no sentirme ágil y al 100% de mí. El peso de la barriga sumado al debilitamiento de mis músculos, en gran culpa a tres meses de sedentarismo, sin ejercicio, consumida en el cuidado de mi primera hija, han hecho que mi pobre espalda sufra las consecuencias.

Normalmente este cansancio se acumula en la noche, empezando a sentir en este último mes una leve hinchazón en mis pies y manos, y no quiero recordar la hinchazón de los pies unos días después del parto. Ya sé lo que se me viene y lo recuerdo con terror. Y ni hablar de las contracciones y sus intensos dolores.

Trato de no pensar y recordar mi única experiencia hace dos años. Sé que en el fondo tengo miedo. Tengo miedo al dolor, tengo miedo a no respirar bien, tengo miedo a sufrir en ese momento.

Soy consciente que es algo pasajero y no existe mujer que se muera literalmente por el dolor, pero no deja de darme vueltas en mi cabeza. Por ahora le pido a Dios, Madre Tierra, Yahvé o quien sea que nos acompañe, que por favor me ilumine, me de paz y tranquilidad para dar lo mejor, para que mi segunda hija este bien y pueda compartir ese momento tan íntimo con mi esposo, en familia y lleno de amor!



En hora buena! Sarah bienvenida!!!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario