Hace
poco estuve hablando con una amiga, quien está considerando salirse de la casa
de sus papas para independizarse, y me hace pensar si en su situación lo haría
o no lo haría. Días después me detengo, analizo y me llama la atención nuestra
conversación ya que este tema siempre lo he tenido en mente porque encuentro varios pros y contras de
mantenerse anidado a la casa de los padres, o más bien al “Hotel Papas” que es
en lo que acaba por parecerse.
Existen
muchas razones para que un adulto siga viviendo con sus padres, ya sea por
cuidar a alguno que se encuentre enfermo, porque se necesita ahorrar plata y no
quiere asumir gastos de renta y servicios, por una separación matrimonial, o
simplemente porque nunca se ha salido de la casa por simple comodidad, desempleo, soltería o peor aún, por flojera y
ganas de no hacer nada.
Cualquiera
que sea la razón para seguir ahí, el éxito va a depender del tipo de relación
que tengas con ellos. Si eres como una sanguijuela chupa sangre, que aparte que
trabajas, tienes tus ingresos y la suficiente capacidad para hacer tus cosas y
esperas que en casa de tus padres te hagan todo, definitivamente hay algo mal
en ti…. los padres también han crecido y sus necesidades han cambiado. Llega un
punto en que ya no son ellos quienes cuidan de uno, sino más bien uno quien
debe cuidar de ellos.
Si
eres consiente que los papas también tienen sus necesidades y hoy en día el
mundo no gira alrededor tuyo como alguna vez fue cuando fuiste niño, debes
contribuir ya sea financieramente, o en las tareas del diario, ropas…que se yo.
O mejor aun ayudando con las vueltas de bancos y todo lo relacionado a
tecnología e internet que tanto les cuesta a los papas, pero se aferran a tener
hasta el último gadget.
De
lo contrario, y si lo vemos desde otro punto de vista, es darle un papayaso a los papas, en especial a las
mamas, para que lo sigan viendo a uno como su pequeño bebe o a su hijo que
siempre controlaron y tuvieron bajo su mando.
Lo
rico de volverse grande es disfrutar también esa independencia que uno va
ganando y sentirse capaz en mucho sentidos. Lo que pasa es que una vez esta uno
por fuera, probablemente ya no vuelva a regresar, no por nada malo, sino más
bien porque uno también va haciendo su vida, se inclina por sus gustos y porque
no decirlo, también va cogiendo sus chocheras.
Entonces
me pregunto ¿si será sano vivir con los padres después de cierta edad? ¿Será más
bien que los papas si quieren o quisieran que uno viviera con ellos a estas
alturas? Yo creo que es tanto el amor que un padre tiene por sus hijos que en
realidad no le importa, siguen y seguirán haciendo lo que sea por ellos. Pero
siendo franca y cruda, yo creo que en el fondo tampoco quieren.
Debe
ser hasta rico esa etapa en que los hijos se van, lo dejan a uno tranquilo y no
tiene uno tantas preocupaciones de educación y convivencia del día a día.
Seguramente será duro y tendrá que hacer uno su propio proceso de adaptación a
esta nueva soledad sin hijos, pero seguro será agradable disfrutar estos nuevos
momentos y más si cuenta uno con la suerte de estar todavía junto a su pareja.
Por
lo pronto me queda la satisfacción de haber tenido un excelente “Hotel Papas” y
mejor aún seguirlo teniendo, porque están ahí para darme una mano a mí y a mi
familia entera, a mi esposo y mis hijas.
Gracias padres por
tanto amor!
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