Bueno
nuevamente yo. Por fin sentada y retomando mi escritura para despejar mi mente
y entretenerme un rato con mis ideas e interrogantes que se me van acumulando
en mi cabeza.
Hoy
quiero hablar sobre Alimentación, y no propiamente porque sea una experta en la
materia, sino más bien por lo ignorante que me he sentido en el tema y el poco
interés que le he puesto a este asunto a lo largo de mi vida. Tal vez este año
he sentido más curiosidad al querer realmente cambiar un poco mis hábitos y
mejorarlos.
Recuerdo
mi infancia adicta a los postres, paquetes, dulces, chocolates, gaseosas,
comida chatarra y menos mal también comida normal. En el colegio fui una de las
mayores compradoras de cuanta comida se vendía en el mercado negro, ya que el
colegio no contaba con una tienda. Realmente estaba obsesionada con unas
galletas de chip de chocolate, brownies, nucitas y cuanta bobada podía comprar.
En
mi época universitaria de pronto con un poco menos de ansiedad de comprar
bobadas, porque ya las tenía a la vista y disponibles, pero los fines de semana
desaforada con los domicilios y comida chatarra, en especial la pizza de
peperoni, (es más todavía me debilita) y ni hablar de los brownies que han sido
mi mayor flaqueza.
Creo
que me permití comer tanta bobada, porque aun todavía no entiendo como no fui
una persona gorda o que me destacara por un gran volumen. A pesar que mi
familia me criticara y me hablara del tema, jamás les preste atención, ni veía
la necesidad de comer un poco más sano. Realmente comí lo que se me antojaba.
Han
pasado muchos años y puedo decir que solo hasta este año empecé a tomar
conciencia de lo malo que puede ser llevar una mala alimentación. Primero
porque mi cuerpo después de dos hijas y dos brownies diarios ya no me estaba
soportando igual que en mi juventud y segundo porque después de visitar a una persona
que me dijo “ensaye”, “solo un mes”, no carne y bajarle a las harinas y dulces.
Simplemente decidí ensayar.
Jamás
he hecho una dieta, ni creo que la haga. Pero esta opción de ensayar un pequeño
cambio no me pareció grave. Efectivamente
después de un mes juiciosa sin carne y
reduciendo fuertemente harinas blancas y dulces, no es que haya visto un cambio
drástico en mi cuerpo pero si vi un bienestar
mental. Entendí que ciertos alimentos me estaban afectando anímicamente y
generando una ansiedad fatal y es ahí donde tomo un poco de conciencia sobre
los alimentos que le estaba brindando a mi cuerpo y empiezo a hacer un cambio
en mi alimentación.
Retome
la carne poco a poco, pero hoy en día ya no es mi preferida y logre salir de
ese círculo vicioso que me encontraba de harinas y dulces. He tratado y estoy
tratando de incorporar más frutas y vegetales a mi alimentación y he dejado de
abusar de la comida chatarra.
No
me he metido lo suficiente en el tema como para entrar en la onda súper orgánica,
ni vegetariana, pero si he tratado de empezar a comer más balanceado, reducir
los alimentos procesados y aumentar los naturales, y cambiar tanta harina
blanca por las integrales.
Confieso
que ahora me preocupo por mis hijas y por su alimentación. No quisiera ser una
“freak” con ellas y los dulces pero si me gustaría educarlas con algo de
conciencia de los alimentos. Siento que yo nunca tuve una barrera, ni nadie en
el colegio me involucro fuertemente la importancia de saber comer y elegir los
alimentos.
Me
molesta que en el jardín que va mi hija, nadie se involucra ni tomen partido
con las onces, pues es política que cada mama le manda las onces a sus hijos.
Pero se convierte en una tarea difícil mandar algún alimento sano, cuando el
niño de al lado come papa chip, pues entonces toco empezar a mandar papa chip
también, porque primero no se iba a comer su fruta y segundo iba a dejar al
vecino con hambre.
Me
encantaría que en los jardines y colegios se generara una conciencia fuerte
sobre este tema, inclusive hasta involucrar una clase al respecto en alguna
etapa de sus vidas. Sería un gran apoyo para uno como madre tener al colegio de
aliado en una sana alimentación.
Sé
que es un punto difícil, ya que cada quien tiene su interpretación de la comida
y los alimentos, pero por favor generemos conciencia temprana.
Comer más sano si
se puede, revisemos nuestra despensa!
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