Tengo
guardada en mi memoria una típica escena familiar: los papas viendo el
noticiero de las 7:00 de la noche y uno entrando y saliendo del cuarto de ellos
mientras juega y revolotea por el apartamento. Por cosas de la vida en varias
ocasiones me topé con la imagen en la televisión de un señor recogiendo niños
en las alcantarillas de esta ciudad (Bogotá), sacándolos y ayudándolos a salir
de ese estado de miseria tan doloroso.
Puedo
recordar perfectamente el impacto que generaba en mi pequeña conciencia; una
mezcla de dolor al ver que otros niños como yo, la estaban pasando muy mal y un
sentimiento de profunda admiración a un señor que sin importarle nada estaba
entregando todo para ayudar a otros. Entregando su amor, su calor y dándoles
una mano para salir de ahí.